Calidad de sueño y nuestra salud cardiovascular
Definitivamente ya se ha demostrado en múltiples estudios que una de las necesidades más importantes de nuestro organismo es dormir. Es en ese período de tiempo de descanso cuando nuestro cuerpo cumple con su función reparadora para que podamos afrontar el día a día en buenas condiciones, ya que el sueño está asociado con distintas funciones en nuestro organismo. Pero, además, cuando lo hacemos, estamos ayudando a cuidar nuestra salud cardiovascular.
Los estudios, concluyen que aquellas personas que, además de llevar unos hábitos de vida saludables como realizar ejercicios de forma regular, llevar una alimentación equilibrada, hacen uso apropiado del consumo de alcohol y no fuman, duermen un mínimo de siete horas al día, reducen hasta en un 65% el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. Y, es que entre otras razones, un sueño reparador mejora la función endotelial y ayuda a disminuir la presión arterial, ya que mientras dormimos de manera adecuada, se produce en nuestro cuerpo una relajación muscular que también afecta a las arterias, la cual provoca una bajada fisiológica de la presión arterial de entre un 10% y un 15%.
De manera contraria, el hecho de dormir poco se asocia a una mayor incidencia de sobrepeso, obesidad, hipertensión y niveles altos de colesterol y triglicéridos. De hecho, las personas que padecen insomnio tienen mayor riesgo de desarrollar insuficiencia cardiaca, según los investigadores.
Es por todo esto que nuestro sueño debe ser reparador, para lo que es importante que la calidad del sueño sea alta, lo que se traduce en que las horas que durmamos las durmamos sin interrupciones y profundamente.
Las personas con trastornos comunes del sueño, como insomnio o apnea del sueño obstructiva, también tienen más probabilidades de tener arritmias cardíacas, acumulación de placa, insuficiencia cardíaca y enfermedad de la arteria coronaria.
De igual manera, los trastornos neurológicos del sueño, como el síndrome de piernas inquietas, pueden aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas, aunque se necesita más investigación para comprender mejor la conexión.
Por todo lo que hemos mencionado anteriormente, seguiremos haciendo hincapié en la importancia de una buena calidad de nuestro sueño y que cualquier trastorno que pueda perturbarlo no deberá tomarse a la ligera, cada vez más investigaciones demuestran una correlación entre muchos trastornos del sueño y la salud cardiovascular.
