La higiene del sueño y nuestro metabolismo
Nuevos estudios han encontrado que no tener un horario regular para acostarse y despertarse y dormir cada noche de manera diferente, lo que llamamos un sueño irregular, puede suponer un mayor riesgo de obesidad, colesterol alto, hipertensión, niveles altos de azúcar en la sangre y múltiples trastornos metabólicos.
De hecho, se piensa que por cada hora de variabilidad entre el momento de acostarse y el tiempo de dormir, podemos tener hasta un 27 % más de probabilidades de experimentar una anomalía metabólica.
Anteriormente, se ha demostrado la relación entre tener un sueño insuficiente y el mayor riesgo de obesidad, diabetes y otros trastornos. Pero no se sabía mucho sobre el impacto del sueño irregular.
Actualmente se sabe que, incluso después de considerar la cantidad de sueño de una persona y otros factores del estilo de vida, la diferencia de una noche a otra en la hora de dormir o la duración del sueño multiplica el efecto metabólico adverso.
El sueño, por lo tanto, juega un papel importante en la regulación del metabolismo.
Los estudios demuestran que las personas con mayores variaciones en la hora de acostarse y en el tiempo de sueño tuvieron una mayor prevalencia de problemas metabólicos, y estas asociaciones persistieron después de ajustar la duración promedio del sueño.
Las variaciones en la duración del sueño y la hora de acostarse preceden al desarrollo de la disfunción metabólica. Según los estudios, esto proporciona algunas pruebas que apoyan un vínculo causal entre el sueño irregular y la disfunción metabólica.
Definitivamente pues, el aumento de la duración del sueño o la variabilidad a la hora de acostarse se asociaron en gran medida con múltiples problemas metabólicos y simultáneos, como un menor colesterol HDL y una mayor circunferencia de la cintura, presión arterial, triglicéridos totales y glucosa en ayunas.
Es por esto que los expertos sugieren mantener un horario regular de sueño lo que nos dará efectos metabólicos beneficiosos y que debemos enriquecer las estrategias actuales de prevención de enfermedades metabólicas que se centran principalmente en promover el sueño suficiente y otros estilos de vida saludables.