Menopausia, generadora de afecciones que pueden influir en la calidad de sueño
Múltiples investigaciones afirman que físicamente, dormir ayuda a equilibrar los fluidos corporales, reforzar el sistema inmunitario, eliminar los químicos de los músculos y promover el crecimiento y el desarrollo celular. Mentalmente, dormir nos ayudará siempre a procesar lo vivido durante el día, todo lo ocurrido, y almacenar esa información en nuestra memoria.
Para nadie es un secreto que todos tenemos problemas para dormir. Pero esos problemas suelen ser más comunes e incluso empeoran cuando el cuerpo entra en la menopausia. Al pasar varias noches sin dormir bien, empezarás a notar las consecuencias, por lo general pueden aparecer problemas de concentración y de memoria. Tal vez nos irritan o nos molesten personas o situaciones que antes no lo hacían.
Lamentablemente, los investigadores no han logrado saber con certeza el efecto que tienen los niveles cambiantes de estrógeno y otras hormonas en el ciclo del sueño. A pesar de esto, es posible que el estrógeno afecta la producción de la sustancia química neuronal conocida como serotonina, que luego se transforma en melatonina, la hormona del sueño. Sin embargo, sí es del conocimiento que los cambios hormonales de la menopausia causan síntomas como bochornos y sudoración nocturna, cambios en el estado de ánimo, depresión y aumento de peso. Todos estos elementos que pueden interferir con el descanso nocturno de las mujeres, provocando el comenzar a sufrir de problemas como:
– Insomnio: es posible que te cueste dormir o que te despiertes varias veces durante la noche y te cueste volver a dormir. Tal vez te despiertas mucho antes de lo que querías o te sientes cansada cuando te levantas. Con el tiempo, el insomnio puede dificultar la vida diaria y la capacidad de concentración. Además, puede aumentar la irritabilidad.
– Apnea del sueño: una condición en la que la respiración se detiene brevemente al dormir. La apnea del sueño central ocurre cuando el cerebro no da la indicación automática de respirar a los músculos que controlan las vías respiratorias. Como resultado, quizás te despiertes durante la noche o te sientas cansada durante el día. La hipopnea, o respiración superficial, es otro tipo de apnea del sueño. Ambos trastornos disminuyen el suministro de oxígeno y eso afecta la calidad del sueño. La obesidad, que muchas veces se observa durante la menopausia, es un factor de riesgo para la apnea del sueño.
Si tienes problemas para dormir, siempre es recomendable intentar descubrir si puede haber una causa subyacente. Muchas mujeres se despiertan por sudoración o bochornos nocturnos, o no pueden dormir porque están preocupadas y no pueden relajarse. Por otro lado, a algunas mujeres les afecta el síndrome de las piernas inquietas (RLS), que se caracteriza por una sensación incómoda en las piernas que solo se alivia al moverlas. Los síntomas suelen empeorar de noche.
Si duermes bien de noche pero sientes fatiga durante el día, contáctanos. Tal vez tengas apnea del sueño y no te hayas dado cuenta, sobre todo si no compartes la cama, todo esto producto de la Menopausia.