¿Cuál es la relación de los trastornos del sueño y los pacientes con Alzheimer?
Aunque no todas las personas de tercera edad padecen la enfermedad de Alzheimer (EA) existe una estrecha relación entre la ancianidad y este trastorno mental degenerativo.
Muchas investigaciones científicas han comprobado que mientras el insomnio está asociado al riesgo de desarrollar Alzheimer, las primeras fases de la enfermedad propician la aparición de algunos trastornos del sueño.
La alteración de los procesos químicos y hormonales en las vías neuronales que inician y mantienen el sueño, explica el porqué de los trastornos del sueño en la enfermedad de Alzheimer.
Bajo esta condición disminuye la secreción de melatonina, así como la función colinérgica muy importante para la inducción del sueño REM.
Pacientes con Alzheimer y características de su sueño
El comportamiento y el sueño de un anciano con Alzheimer tiene características específicas que se reconocen bajo el término sundowning o “caída del sol”, el cual describe un conjunto de signos presentes en pacientes con demencia.
Entre ellas se encuentran:
– La baja calidad del sueño les produce cambios en el estado de ánimo
– En algunos casos deambulan en las noches con conductas o necesidades incoherentes
– Merma la capacidad para mantener el nivel de atención a estímulos externos
– Disminuye el sueño lento profundo y el sueño REM
– Desorientación cuando se despiertan
– Insomnio en todas las etapas de la enfermedad
– Aumentan los despertares nocturnos en cantidad de veces y duración
– Más siestas diurnas
– Sufren de agitación
Recomendaciones para la higiene del sueño en pacientes con Alzheimer
La higiene del sueño en estos pacientes puede trabajarse estableciendo algunos hábitos durante el día y la noche. Esto ayudará a que tanto el paciente como sus cuidadores puedan ganar un poco de mejor descanso.
1) Lo ideal es limitar las siestas durante el día. Si son necesarias, procurar que no sean demasiado largas.
2) Trata de que la persona con Alzheimer no realice actividades físicas y cognitivas horas antes de dormirse.
3) Es importante evitar confrontaciones o momentos de ira con el paciente antes de dormir.
4) Establecer rutinas diarias contribuye a que el paciente se adapte a un orden de horarios para dormir.
5) Para evitar molestias estomacales durante la noche lo recomendable es darle al paciente cenas ligeras por lo menos dos horas antes de acostarse. No incluir alimentos estimulantes.
6) La iluminación de los espacios donde se desenvuelve el paciente es clave. Si es de día procura que perciba la claridad y en la noche la oscuridad en su habitación, con buena ventilación, cómoda y libre de ruido.
Es normal que con la edad cambien los patrones de sueño y aparezcan algunas dificultades para dormir pero, en el caso del Alzheimer, son mucho más acusadas, así que es necesaria la atención médica adecuada para que pacientes y cuidadores puedan mejorar la calidad de su sueño.