¿Sufres de espasmos al dormir? Te compartimos cómo evitarlos
Aunque los espasmos mioclónicos por lo general despiertan a quien lo siente, no se considera un trastorno del sueño como tal, salvo cuando se hacen muy repetitivos.
Algunos científicos piensan que los espasmos mioclónicos se deben también a la privación del sueño, estados emocionales como la ansiedad, la angustia o la fatiga e incluso se le atribuye al consumo excesivo de cafeína.
También sostiene que estos temblores son la respuesta a estímulos externos como un ruido o una luz que se enciende en pleno sueño.
Aunque se desconoce a ciencia cierta qué motivas estos espasmos, diferentes investigaciones sugieren que las experiencias del día construyen lo que sucederá en nuestro cerebro cuando dormimos.
¿Por qué nos dan espasmos muy fuertes al dormir?
Los espasmos musculares al dormir son fenómenos comunes que muchas personas experimentan justo cuando están a punto de quedarse dormidas. Estos pueden describirse como sacudidas súbitas y bruscas de las extremidades o de todo el cuerpo, las cuales pueden despertar a la persona de inmediato. Aunque son generalmente inofensivos, los espasmos fuertes pueden causar mucha incomodidad y ansiedad, afectando la calidad del sueño.
Es importante entender que los espasmos al dormir no son una enfermedad por sí mismos, sino síntomas o respuestas del cuerpo a ciertos factores. Estos pueden ser el resultado de la ansiedad, el consumo de estimulantes, el estrés, la falta de sueño o la realización de actividad física intensa.
Relación de los espasmos al dormir y la ansiedad
Cuando una persona padece de ansiedad, su sistema nervioso está constantemente en un estado de alerta, lo que provoca una mayor tensión en los músculos. Esta tensión acumulada puede liberarse en forma de espasmos mientras se duerme. Además, la ansiedad puede alterar los patrones de sueño y hacer que el individuo tenga un sueño ligero, aumentando las probabilidades de experimentar estas sacudidas nocturnas.
Por otro lado, los espasmos al dormir pueden incrementar los niveles de ansiedad, especialmente si la persona teme a estos episodios o se preocupa por no poder dormir adecuadamente. En este sentido, los espasmos y la ansiedad pueden alimentarse mutuamente, creando un ciclo pernicioso que afecta la calidad del sueño.
Con un consumo excesivo de estimulantes
Los estimulantes, como la cafeína, pueden aumentar la frecuencia y la intensidad de los espasmos nocturnos. Estas sustancias excitantes del sistema nervioso aumentan la tensión y la alerta en el cuerpo, condiciones que favorecen la aparición de espasmos al intentar dormir. La cafeína también puede interferir con la calidad del sueño, haciendo que este sea más ligero y fragmentado, y aumentando así las probabilidades de despertarse por espasmos.
Para minimizar los espasmos relacionados con el consumo de estimulantes, es recomendable limitar la ingestión de estos productos, especialmente en las horas cercanas a la hora de dormir. Optar por alternativas descafeinadas o reducir el consumo total de cafeína durante el día pueden ser estrategias útiles para prevenir los espasmos y mejorar la calidad del sueño.
Con un sueño insuficiente o estrés
La falta de sueño y el estrés son factores que contribuyen significativamente a los espasmos nocturnos. El cuerpo y la mente cansados y estresados están más propensos a experimentar contracciones musculares involuntarias durante la noche. Además, el estrés puede causar tensión muscular, la cual es liberada durante el sueño en forma de espasmos.
Una buena higiene del sueño es fundamental para reducir estos episodios. Establecer un horario de sueño regular, crear un ambiente de descanso adecuado y practicar técnicas de relajación pueden ayudar a disminuir tanto el estrés como la frecuencia e intensidad de los espasmos al dormir.
Con una actividad física intensa
La actividad física intensa, especialmente antes de dormir, puede provocar espasmos nocturnos. El ejercicio fuerte genera fatiga y estrés en los músculos, y estos intentan recuperarse durante el sueño, proceso durante el cual pueden producirse los espasmos. Además, después de un entrenamiento intenso, el cuerpo sigue en un estado de excitación y alerta que puede interferir con el sueño.
Es recomendable realizar actividad física moderada y evitar el ejercicio intenso en las horas previas a dormir. Optar por ejercicios relajantes, como yoga o estiramientos suaves, puede ayudar a preparar el cuerpo para un descanso reparador, minimizando el riesgo de espasmos nocturnos.
¿Qué hacer si los espasmos al dormir son muy fuertes?
Cuando se experimentan espasmos fuertes y recurrentes, es vital tomar medidas para prevenirlos y manejarlos. Estas sacudidas no solo afectan la calidad del sueño, sino que también pueden aumentar los niveles de estrés y ansiedad, creando un círculo vicioso que puede ser difícil de romper.
El poder de la relajación
Una estrategia efectiva para manejar los espasmos es practicar técnicas de relajación antes de ir a la cama. Ejercicios de respiración profunda, meditación o yoga pueden ayudar a relajar los músculos y calmar la mente, creando condiciones propicias para un sueño tranquilo y sin interrupciones. Adicionalmente, considerar el asesoramiento profesional y el ajuste de los hábitos de vida, como mejorar la dieta y regular la actividad física, también pueden ser pasos fundamentales para reducir los espasmos y disfrutar de un sueño reparador.
Cambios en el estilo de vida y la dieta
Los cambios en el estilo de vida pueden tener un impacto significativo en la reducción de los espasmos al dormir. Adoptar una rutina de sueño regular y consistente ayuda al cuerpo a establecer un ritmo circadiano claro, minimizando las interrupciones del sueño. Asimismo, es crucial revisar y modificar la dieta si es necesario. La ingestión de alimentos ricos en magnesio y potasio, como plátanos, almendras y espinacas, puede ayudar en la prevención de los espasmos musculares, ya que estos minerales participan activamente en la relajación muscular. Evitar el consumo de alimentos y bebidas estimulantes cercano a la hora de dormir también es una recomendación vital, dado que estos pueden incrementar la tensión y provocar un sueño agitado.
Uso de suplementos y medicamentos
En algunos casos, los suplementos alimenticios o medicamentos pueden ser una opción útil para controlar los espasmos nocturnos severos. Suplementos de magnesio pueden ser particularmente beneficiosos para aquellas personas que tienen deficiencia de este mineral. Los relajantes musculares también podrían ser considerados, aunque siempre deben ser utilizados bajo supervisión y prescripción médica para evitar efectos secundarios no deseados y contraindicaciones. Es fundamental consultar a un profesional de la salud para obtener un diagnóstico preciso y recomendaciones de tratamiento personalizadas.
Terapia física y masajes
La terapia física puede ser una estrategia valiosa para aquellos que experimentan espasmos musculares nocturnos regularmente. Un terapeuta físico puede guiar a los pacientes a través de ejercicios y estiramientos específicos que ayuden a relajar y fortalecer los músculos, reduciendo así la incidencia de espasmos. Además, los masajes terapéuticos pueden ayudar a aliviar la tensión muscular acumulada, promoviendo una sensación de relajación y bienestar que favorezca un sueño sin interrupciones. Incorporar estas prácticas como parte de una rutina regular puede ser un componente clave para manejar y prevenir los espasmos al dormir efectivamente.
Nos movemos mientras dormimos
En el sueño existen dos tipos de movimientos que se escapan de nuestro cerebro y se comportan muy diferentes:
- El movimiento mioclónico: los espasmos mioclónicos parecen ser una señal de que el sistema motriz ubicado en nuestro cerebro aún puede ejercer control sobre el cuerpo mientras la parálisis del sueño se va apoderando de nosotros.
- El movimiento ocular rápido: en el que nuestros ojos, aún cerrados, se mueven al ritmo de lo que estamos soñando. Es como si los movimientos generados en el sueño se filtran y saltan al mundo real, así que si ves que alguien dormido mueve sólo sus ojos muy probablemente es que está soñando.
Los espasmos actúan como ese eslabón que se niega a sacarnos de la realidad al dormir y nos mantienen en cierta vigilia con estos movimientos que terminan siendo incorporados al mundo de alucinaciones nocturnas que forman nuestros sueños.
Evita los espasmos y mejora tu calidad del sueño
De la calidad de nuestro sueño depende nuestra salud así que despertar regularmente de un brinco no ayuda para nada.
- Si tus espasmos son producto de ansiedad o estrés empieza a realizar actividades que te permitan sentir mayor relajación, especialmente antes de ir a la cama.
- Mantén una rutina con los horarios de descanso al igual que las condiciones en que los disfrutas.
- Una alimentación balanceada junto a una constante rutina de ejercicios son buenos aliados para dormir mejor.
- Evita las bebidas con alto contenido de cafeína así como el tabaco y otras sustancias tóxicas o excitantes.
- Uno que otro espasmo de noche no es de preocuparse pero si sientes que se está saliendo de control, visita de inmediato a tu especialista de confianza.