Consecuencias de no dormir lo suficiente

15 abril 2014

 

¿Somos realmente conscientes de las consecuencias de no dormir lo suficiente?

Seamos adultos o niños, dormir es algo fundamental y la falta continuada del sueño puede desembocar en trastornos físicos y psicológicos, ya que mientras dormimos se produce la regeneración cerebral, tan necesaria para poder seguir “funcionando bien”.
Cuando estamos dormidos, muy al contrario de lo que se puede pensar, existe una gran cantidad de actividad cerebral, ya que es el momento en el que se liberan una serie de hormonas que ayudan a limpiarlo y a ponerlo “a punto” para el día siguiente.
Desde el punto de vista físico y sin ánimos de ser exhaustiva, porque este no es mi campo, la falta de sueño favorece la aparición de obesidad, diabetes y una menor talla, ya que la hormona del crecimiento se segrega en mayor cantidad en la primera hora después de haberse iniciado el sueño nocturno.
Por otra parte, un sueño reparador ayuda a que nuestro sistema inmunitario se fortalezca, de ahí, que cuando estamos enfermos, tendemos a dormir más.
Mientras dormimos, el cerebro elimina también residuos que se han ido produciendo durante la vigilia, entre ellos, según un estudio de la Universidad de Rochester, se elimina la proteína relacionada con la formación de placas del Alzhéimer.
Desde el punto de vista psicológico también es muy importante dormir bien, tanto en cantidad como en calidad.
Según estudios de la Universidad de Pensilvania, es la mejor manera de almacenar una nueva información dentro de las horas siguientes al aprendizaje producido.
La falta continuada de cumplir con un sueño adecuado a cada edad puede producir irritabilidad, alteración en el estado de ánimo, falta de atención, inquietud…
Hay niños que cuando están muy cansados tienden a ponerse más activos y nerviosos, caprichosos y llorones, como les fallan los reflejos, es muy normal que se caigan con más frecuencia y tienen mucha menos tolerancia a la frustración, por lo que todo será para ellos un mundo.
En este punto debo aclarar que a los adultos les ocurre casi lo mismo. Es muy normal que nosotros, cuando no hemos dormido bien, nos encontremos de mal humor y con menos “aguante”, lo que pasa es que en líneas generales, los adultos tenemos más autocontrol (o eso se supone), por lo que sobrellevaremos este cansancio con algo más de “dignidad”.
Un efecto colateral de no dormir bien, con todo lo que ello conlleva, es el fracaso escolar. Los niños, al tener la atención más dispersa y con más falta de concentración, se distraen, se aburren porque no entienden las explicaciones y por tanto, terminan no cumpliendo el currículum exigido.
Vamos a intentar que nuestros niños y adolescentes duerman las horas adecuadas, no olvidemos que el descanso es tan importante como la alimentación.
Debemos sentirnos responsables, como padres, no solo de su vigilia con todas sus circunstancias, sino también de su sueño, al fin y al cabo, es su bienestar.
Sonia Esquinas para el IIS